En el panorama social de Tamaulipas, la situación de muchas familias en situación de vulnerabilidad es alarmante. En este contexto, el programa Vivienda para el Bienestar se presenta como una oportunidad de esperanza, aunque no sin sus sombras. En recientes entrevistas, el delegado Luis Lauro Reyes Rodríguez ha enfatizado la importancia de este esfuerzo del Gobierno Federal, que busca brindar un techo digno a quienes más lo necesitan.
El registro dio inicio el 25 de septiembre terminando la primera etapa el 2 de octubre, ampliando un día más el registro hasta el 3 de octubre, la respuesta de la ciudadanía ha sido notable. Sin embargo, este entusiasmo debe ir de la mano con una correcta información. No se trata solo de llenar formularios, sino de entender que este programa está diseñado para quienes realmente carecen de las oportunidades que muchos dan por sentadas. La meta es clara: garantizar que las viviendas lleguen a quienes realmente las necesitan, pero la honestidad en el proceso es fundamental.
Los requisitos son estrictos y necesarios. Residir en polígonos de alta marginación, no contar con seguridad social, no tener propiedades registradas, y no estar pagando un crédito hipotecario son condiciones que buscan asegurar que el apoyo se destine a los más desfavorecidos.
La atención focalizada en las colonias de alta marginación es un acierto, pero no debe ser un motivo para dejar fuera a quienes, por diversas razones, no pueden acceder a estos espacios. La inclusión es la bandera ondeando en este esfuerzo.
La frase de que “no todos hemos tenido las mismas oportunidades” resuena con fuerza. Es un recordatorio de que la desigualdad persiste en cada rincón de nuestro estado. La instrucción de la presidenta de que las familias tengan acceso a una vivienda digna y amplia es un compromiso que debe ser cumplido. Pero, para ello, es fundamental que se rompan las cadenas de desinformación y se construyan puentes de confianza entre el gobierno y la ciudadanía.
El programa Vivienda para el Bienestar es un paso en la dirección correcta. La equidad no se logra solo con palabras, sino con acciones que realmente transformen la vida de las personas.
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