Ciudad de México.– La mañana del 1 de septiembre, Palacio Nacional fue escenario de un acto con peso histórico: Claudia Sheinbaum rindió su Primer Informe de Gobierno a 11 meses de haber tomado protesta como la primera presidenta de México.
El mensaje estuvo cargado de cuentas claras y de símbolos. La mandataria repasó los logros y las tensiones que han marcado este arranque de sexenio: desde la presión de Donald Trump con sus amenazas arancelarias, hasta los números de la economía mexicana que —dijo— muestran crecimiento a pesar de las turbulencias globales.
Pero fue al hablar de seguridad cuando Sheinbaum dejó ver su apuesta central: “Estoy segura que el nuevo Poder Judicial ayudará mucho en este proceso, con avances en seguridad y cero impunidad”. En la cifra que más le importa, la reducción de homicidios, sostuvo que ya se observan resultados gracias a la estrategia de cuatro ejes de su administración.
El discurso tuvo también un guiño político. Al mencionar proyectos estratégicos en la zona petrolera y portuaria, la presidenta lanzó un recordatorio con filo: “El Golfo es de México”. La frase sonó como respuesta directa a la ocurrencia de Trump de rebautizarlo “Golfo de América”.
Así, entre cuentas, advertencias y mensajes velados, Claudia Sheinbaum abrió con su primer informe el camino hacia una etapa en la que, según afirma, el país contará con un Poder Judicial renovado que hará posible avanzar sin pactos de impunidad.
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