Campeche, México. — La Secretaría de Salud federal confirmó este martes la primera muerte en el país causada por miasis derivada del gusano barrenador del ganado, un parásito que representa una seria amenaza tanto para la salud humana como para la ganadería. La víctima, una mujer de 86 años residente del municipio de Candelaria, perdió la vida tras sufrir complicaciones asociadas con la infestación y un cuadro de cáncer de piel avanzado.
De acuerdo con el Boletín Epidemiológico Nacional, la paciente había sido ingresada por primera vez en mayo con lesiones cutáneas compatibles con la presencia del gusano Cochliomyia hominivorax, comúnmente conocido como gusano barrenador. Aunque inicialmente fue dada de alta tras recibir atención médica, su condición empeoró semanas después, siendo reingresada en estado crítico. El diagnóstico final incluyó carcinoma epidermoide (un tipo de cáncer de piel), hipertensión, trastornos neurológicos y ulceraciones agravadas por la infestación parasitaria.
La situación no es aislada. Autoridades sanitarias de Campeche han documentado otros dos casos humanos confirmados de miasis en los municipios de Candelaria y Calakmul, zonas limítrofes con Belice y Guatemala. Además, se reportan 277 casos en animales de distintas especies, lo que evidencia un brote activo que afecta a la región.
Los municipios de Carmen, Champotón, Palizada, Campeche y Hopelchén también han presentado focos de infestación en el ganado, lo cual enciende las alertas del sector agropecuario y de salud pública por el riesgo de transmisión cruzada.
El gusano barrenador, erradicado en México en 1991 gracias a campañas binacionales, ha resurgido en el sureste del país. Su ciclo de vida implica la puesta de huevos en heridas abiertas de animales o humanos, donde las larvas se alimentan del tejido vivo, generando infecciones profundas y de alto riesgo si no se tratan a tiempo.
Ante la reaparición de este parásito, las autoridades de salud, en coordinación con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), han reforzado la vigilancia epidemiológica y activado protocolos para el monitoreo de casos humanos y animales. También se realizan campañas informativas para que la población identifique signos tempranos de infestación, especialmente en personas con heridas abiertas o condiciones dermatológicas.
La Organización Panamericana de la Salud ha advertido que el cambio climático y la movilidad transfronteriza de animales podrían estar favoreciendo el regreso de plagas consideradas controladas en décadas anteriores.
Especialistas en salud pública subrayan que, si bien la miasis es tratable en sus primeras etapas, su avance puede resultar letal en personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunológicos debilitados, como en el caso de la víctima en Campeche. Recomiendan una vigilancia estricta en zonas rurales, mejorar el acceso a servicios médicos en comunidades vulnerables y fortalecer la coordinación internacional para contener la propagación del parásito.
Con este primer fallecimiento, México enfrenta el desafío de contener una amenaza sanitaria silenciosa que, si no se aborda con firmeza, podría expandirse y comprometer tanto la salud humana como la productividad ganadera en regiones clave del país.
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